Entregamos la llave del albergue al Párroco D. Angel y nos vamos a desayunar, antes pasamos por este casi milenario olivo, con mas de chocientos cincuenta años.
A las 8:30 h comenzamos a caminar, pero seguimos las instrucciones, que nos han dado en el pueblo.
Salimos por una preciosa avenida en la que se encuentran dos museos el del viento y el del hombre y seguimos por la antigua caretera nacional y de acceso a la autovía.
Entramos entre la valla protectora y la valla de seguridad donde caminamos durante unos cuatro km, hasta llegar al paso por el que tenemos que pasar por debajo de la autovía y llegar al otro lado, donde cogemos el camino de servicio por el caminos hasta llegar a un pequeño transformador eléctrico.
Seguimos el mapa, tal como lo teníamos previsto, y pasmaos por varias pariteras ( muchas de ellas en ruinas) de ovejas y comenzamos a descender por un camino entre montañas, donde podemos ver varias torrenteras y gran cantidad de conejos, y como no estamos para correr detrás de ellos, les dejamos entrar en sus madrigueras.
Seguimos hasta llegar a un paso por debajo de la autovía, que es donde nosotros teníamos que haber llegado y tomar un camino de frente, pero este camino no existe, así que seguimos y tomamos el siguiente camino y más o menos con el mapa en la mano, nos vamos acercando a la carretera, donde llegamos en el punto que teníamos previsto.
Seguimos un kilómetro a la izquierda y un poco antes del km 4, tomamos el camino por la derecha de la carretera y sin ningún problema hasta llegar a un cruce en T.
Posteriormente, en alguno de los caminos existentes tomamos, quizá, el menos certero, pero vamos controlando, pasamos varias fincas, pero no vemos el pueblo y no logramos orientarnos con exactitud, pero vamos en linea hacia donde está La Almunia.
Vemos a un pastor que está cuidando 850 ovejas y nos dice, que lo mejor es seguir el camino hasta la autovia y luego seguir por el carril de servicio hasta La Almunia. Así lo hacemos y una vez que hemos pasado los cuatro grandes pabellones del polígono industrial, llamo a los salesianos, que me explica como llegar.
Ha sido complicado andar por los caminos parcelarios, pero ha sido tranquilo, sin ruidos u otros elementos, que nos perturbasen nuestra marcha.
Aproximadamente sobre las seis y cuarto llegamos al colegio de los Alesianos, recibiéndonos Chema Ayesa, administrador de la Orden.
Nos da la habitación, podemos elegir, si inividual o no, elegimos una de tres literas. Tiene 450 habitaciones. Nos enseña la cocina. Por si queremos cocinar allí en el colegio, nos duchamos y vamos a cenar, ya que hemos decidido, no cocinar. Cenamos bien y a un precio económico
Llegamos al colegio y nos encontramos con todas las puertas cerradas pero enseguida bajan a abrirnos y Cema nos invita a un café y unos chupitos de whisky o pacharán.
En una agradable tertulia con los otros sacerdotes, son seis en la comunidad, nos dan las once y media, cuando decidimos irnos a descansar.
Todos nos han dicho lo mismo ¿ porqué no habéis seguido el carril del servicio de la autovía? Y así os hubieséis ahorrado unos doce km, pero ya no tiene remedio.
Hoy hemos realizado 39 km y andado durante nueve horas y media.
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