jueves, 1 de octubre de 2015

CAMINO PORTUGUES DE LA COSTA

1ª ETAPA: VIANA DO CASTELO a AFIFE

16 de septiembre de 2016.

Hoy hemos descansado bien y nos levantamos relajados, aunque la noche ha sido azotada por el agua y el viento en algunos momentos.

desayunamos con tranquilidad, pues sigue lloviendo y vamos a esperar hasta que escampe o por lo menos, notemos la mejoría del tiempo.


a las 10:30, deja de llover y empiezan a verse algunos rayos de sol, aunque también las nubes negras amenazan, así que nos ponemos la capa y el traje de agua y salimos a caminar en esta primera etapa, que ya no pararemos hasta llegar a Santiago de Compostela.

La Pousada se encuentra frente al puerto, y junto a la desembocadura del río Lima

Pasmos por debajo del puente Eiffel de 563 metros de longitud, 6 metros de anchura con más de 2.000.000 de kilos de hierro. La cimentación del mismo llega a alcanzar los 22 metros de profundidad. Se construyó en el año 1878.

Nuestra salida es hacia la costa, así que tomamos la Alameda 5 de Octubre, llevando el rio y el mar a nuestra izquierda mientras que a nuestra derecha se encuentra la ciudad en su parte más antigua.



Estatua de Viana del siglo XVIII, que simboliza a Viana y su vocación marinera, de estilo barroco.

Calle central con la Basílica del Sagrado Corazón en el Monte Santa Lucía.

Seguimos caminando y en la marina atlántica se encuentra el buque Gil Eannes, que fue buque hospital, que apoyó a la flota bacaladera portuguesa, que pescaba en Groelandia y otras zonas.




Llegamos a la fortaleza o castillo de Sâo Tiago da Barra cuya primera construcción se realizó en el siglo XV, bajo el reinado de Alfonso III.




Pasamos por la Ermita de Nuestra Señora de la Agonía, del siglo XVIII



 




Desde aquí nos dirigimos hacia la playa Norte, y podemos hacerlo por Avda do Atlántico o por la Rua de Monserrate, donde tomamos un camino de tierra y preparada recientemente.



 



Sobre un entablado llegamos a una fortaleza y enseguida debemos de atravesar una valla, que cierra el paso debido a la ejecución de obras para realizar el camino.


Caminamos por el mismo, con playas y rocas a nuestra izquierda y el sonido del mar, que nos acompaña durante todo nuestro recorrido.

Pasamos por las playas de las poblaciones de Areosa, CarreÇo, donde almorzamos en la urbanización existente junto a la playa, con poca gente, pero en la que vemos gente, solicitamos que nos faciliten agua, y también nos sirve para descansar durante un rato. 

Un matrimonio, que se encuentra dando un paseo, se ofrece en llevarnos en su coche hasta la población de Moledo, que rechazamos y agradecemos con sinceridad.

Hemos pasado por un crucero, que indica el cruce entre el camino que llevamos y el que viene de la población de Areosa.



Mas tarde pasamos por una fortaleza, donde nos cruzamos con un ciclista y una persona que va corriendo y que más tarde se cruzará en nuestra misma dirección. El camino viene señalizado como sendero GR, marcado con dos bandas, roja y blanca.


Más adelante, pasamos Canto Marinho, que es un espacio natural donde las aves paran, tiene su refugio, descanso y alimentación en su recorrido del Norte de Europa hacia el continente africano


El salvavidas nos indica que la playa está vigilada en una buena zona, no pudiendo estar en su totalidad debido a que son kilométricas.



El mar azota fuerte después de los días anteriores y en cuya orilla se van formando grandes zonas de espuma blanca al chocar con las rocas.

Caminamos por la playa, está subiendo la marea y pasamos junto a una fortaleza, que se encuentra en la misma playa, se anda mal, ya que la arena se encuentra seca y floja, por lo que introducimos el pié en la misma hasta por encima de los tobillos.

 Unos operarios, que están reparando el camino, nos aconsejan tomar el camino de la derecha, que es un poco más corto y salen al mismo sitio.
 Cruzamos una carretera de acceso a la playa y por campo y a través de un pequeño bosque muy tupido salimos a un camino, que nos lleva a la playa de Afife.


 Junto a la playa llega un pequeño río, que intentamos pasar pero no tenemos un acceso fácil, así que seguimos camino por la playa y nos encontramos con una entrada de agua de mar en la subida de marea, que corta la playa.

Dudamos en pasar, pero no tenemos más remedio, esperamos a que las olas nos dejen un paso con la mínima cantidad de agua en su salida, llegado el momento nos aventuramos, yo llevo las polainas puestas, salgo corriendo y pasao, el agua me llega hasta la rodilla pero no me entra mucha agua.


Beatriz, lo piensa un poco más ve una ola, que viene de frente pero no la que viene detrás, así que a su paso el agua le llega hasta casi la cintura.


La etapa de hoy me ha gustado, todo el camino junto a la playa, con un camino llano, sin encontrarnos personas y disfrutando de la naturaleza y del sonido del mar y de las aves.

Tal como estamos,  paramos junto a una caseta en la que se encuentran dos profesores de surf, y hablamos con ellos, pedimos su consejo para quedarnos en el pueblo y nos aconsejan el Hotel Compostela, que se encuentra cerca y junto a la carretera. negociamos el precio y nos hace el precio de 40 euros, la habitación doble con desayuno.




Los botines, de Beatriz, se encuentran empapelados por fuera y por dentro, ya que, hay que secarlos para poderse poner al día siguiente.

En sus ratos libres, se dedica a mirar debajo de la cama a ver que encuentra. La habitación está muy bien y se encuentra limpia.



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