sábado, 2 de marzo de 2013

63a etapa.- Châtelus le Marchaix a Bourganeuf

Esta noche ha sido un poco extraña, nos acostamos a las nueve de la noche y nos hemos levantado a las siete y media, después de despertarnos muchas veces durante la misma.

El sol está saliendo por encima de las montañas y el cielo está despejado.

Desayunamos sin prisas y dejamos todo arreglado y con la mochila a nuestra espalda salimos a las nueve.

Vemos que llegan varios coches y furgonetas, todos al mismo tiempo y sacan equipos de cine. Más tarde nos enteramos, que estan haciendo una película.

Hace mucho frio y la nieve en la carretera se encuentra helada en muchos puntos y debemos andar con cuidado para no caernos.

Dejamos el camino, que queda a la izquierda y en la mitad del pueblo y tomamos la carretera D5. Con una fuerte pendiente bajamos hasta llegar al lago, que cruzamos sobre el puente.

Nada más cruzarlo se encuentra señalizado el camino hacia la izquierda, que se encuentra con mucha nieve y que no nos atrevemos a seguir, por lo que seguimos ascendiendo entre bosque de pinos cubiertos de nieve.

Llegando al cruce, tomamos a la izquierda la D8 , que nos llevará hasta nuestro destino de hoy. No tenemos circulación prácticamente y los pocos que andan llevan las cadenas puestas. Algún ribereño y algún tractor se libra de ponerlas.

Nos encontramos con un matrimonio, que se encuentra de vacaciones y nos detenemos un poco a hablar con ellos.

Seguimos nuestro camino y a mitad de etapa paramos a almorzar en un cruce. Desde aquí llamamos a la oficina de turismo para ver donde podemos dormir y le pedimos el teléfono del presbítero (párroco). Le llamamos y nos dice, que nos dejará un local donde dormir, ya que él no tiene habitaciones.

El camino ha sido duro, ya que andar mucho tiempo por la nieve requiere mucho esfuerzo. Entre bosques con sus árboles y ramas llenas de nieve cayendo sobre nosotros en finos copos por la acción del viento sobre las mismas.

Los campos y praderas cubiertas de nieve con manadas de vacas pastando, vacas limusinas, una de las grandes razas, que existen, esperando a que les lleven la hierba a los comederos.

El ascenso se nos hace largo, pues lo hacemos a lo largo de dos horas, y aunque posteriormente vamos bajando , alternamos las subidas y las bajadas.

Llegamos a Bourganeuf, por su polígono industrial, y ascendiendo llegamos hasta el centro del pueblo y llegamos la la casa del párroco. Nos atiende de una forma muy seca y antipática, nos enseña el local y los baños y no tiene cinco minutos tan siquiera para estar con nosotros. En fin, él se lo pierde.

La sala está muy bien, calentita con suelo radiante y amplia, pero nos toca dormir en el suelo.


Una vez que nos hemos arreglado un poco salimos a dar una vuelta y a conocer la ciudad medieval.

Fue construida por los Hospitaleros de San Juan, más conocidos como los Caballeros de la Orden de Malta, alrededor de los años 1150/11601.

El castillo con dos torres, que se unían por el camino de ronda. Hoy día parte del castillo se encuentra desaparecido.

Uno de los momentos emblemáticos de la ciudad es la Torre Zizim, construida a finales del siglo XV y es concebida en principio como una prisión, destinada a acoger al príncipe sultán Djem, más conocido como Zizim, hijo del Sultán Méhémet II del imperio otomano.

Está aislada del conjunto del castillo y está construida con cinco niveles o pisos. Tiene una altura de 35 metros.

Nos tomamos unas cervecitas y cenamos en una pizzería y para las ocho de la tarde ya estamos en el local para descansar.

La temperatura a las siete y media de la tarde es de cero grados y el cielo está despejado y estrellado por lo que hoy habrá helada.

Hoy hemos andado 20,5 kilómetros en 5:15 horas incluyendo el tiempo de comernos un bocata.

Bourganeuf a 26 de febrero de 2013

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